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sobre nosotrosEn 1874 mi tatarabuelo Juan Serrano panadero proveniente de Torremolinos junto a su esposa Antonia, abrió un pequeño obrador de pan con una pequeña tienda, donde se vendía pan ,situado Calle Navarro Ledesma nº 137 donde nos encontramos desde entonces al dia de hoy (en aquella época la calle se llamaba camino de Ronda), el obrador del cual tengo algunas foto, era una construcción muy muy básica ,donde se amasaba a puño, con pequeño horno moruno, un mastren tirado por una yegua (piedra en forma de pirámide arrastrada por bestia que van dando vuelta y la piedra va golpeando la masa para hacer pan) algo muy básico. La misma yegua servía para mover el mastren, buscar leña para el horno moruno, repartir algo de pan a los cortijos limítrofes: cortijo el molino, cortijo quitalegre, píndola, teatinos, el inglés…
Su idea de negocio surgió para poder abastecer a los trabajadores de la fábrica de ladrillos y tejas Santa Inés inaugurada en 1879, llegando a ser una de las fabricas más importantes de Andalucía, (muchos ladrillos para realizar en Sevilla la exposición iberoamericana de 1929 salieron de aquí), en la cual llego a tener 200 trabajadores en su época dorada. Tras mi tatarabuelo Juan Serrano su hijo Francisco Serrano (mi abuelo), le sucedió en el negocio, durante muchos años estuvo mi abuelo Francisco junto a su mujer Isabel Trujillo (luchadora y trabajadora incombustible) estuvieron llevando el negocio, por aquella época el reparto ya se hacían en bicicleta con unos pequeños cestos de esparto detrás, con los años se fue incorporando las primeras maquinas amasadoras, el horno giratorio de leña y se fue aliviando el arduo trabajo, mi padre Francisco desde pequeño y al ser el único varón, se pego a su padre y fue adquiriendo los conocimientos que su padre le fue transmitiendo sobre la panadería artesanal, ya por los años 1950 se incorporo el motocarro (vehículo de tres ruedas con un pequeño compartimento de carga trasero) y las motocicletas para el reparto de pan, pasados unos años mi padre se quedo solo al frente negocio familiar junto a mi madre Carmelina.
Para mis hermanos y para mi, la panadería ha sido un todo, desde el lugar de estudios por la tarde, patio de colegio donde jugábamos, comedor para meriendas…pero a la vez que vas viviendo allí, tu vas viendo el trabajo que allí se hace y vas preguntado cosas, papa y esto porque se hace de esta manera, hasta que llega un momento en que te pones hacer pan y preguntando y esto como se hace papa, ¿y la masa madre por qué se eleva sola?, hasta que empiezas a elaborar tu propio pan, siempre con tu padre vigilante de que se hagan las cosas bien hechas.
Después de 150 años, en el mismo lugar donde mi tatarabuelo Juan Serrano comenzó, seguimos al frente del negocio mi hermano mayor francisco, mi hermana pequeña Silvia y yo Juanlu, cada uno en un ámbito de la panadería, yo por mis inquietudes personales he intentado recuperar la forma de trabajar de mis tatarabuelos, recuperando el pan artesanal, hecho a mano, con harinas molturadas en molino de piedra, harinas ancestrales sin modificaciones genéticas (espelta, kamut, emmel..) respetando largas fermentaciones, fermentaciones provenientes de nuestras masas madre…en definitiva recuperar el pan de antaño sin aditivos, con olores y sabor al pan de antes, pero a su vez incorporado nuevas técnicas, lo cual me ha hecho viajar a diferentes escuelas por diferentes países, para adquirir conocimientos de mano de los mejores maestros panaderos a nivel mundial (Jordi Morera mejor panadero del mundo año 2017, Carlos Mariel y Daniel kunne de la escuela Richemont en Lucerna-Zuiza, Xavier barriga), ampliando una gran variedad de panes a nuestra tienda, como hogaza de Payoyo con arándanos, pan de castaña e higos…
En el año 2022 nos presentamos al certamen ”la ruta del buen pan”, fuimos seleccionados para formar parte de la ruta, entre más de 120 panaderías de Andalucía, lo cual nos animó y dio más fuerza para seguir haciendo lo mejor que sabemos hacer, un buen pan artesano.